2 de septiembre de 2011

MANIFIESTO HARTISTA



MANIFIESTO HARTISTA

Contra el anti-arte, el conceptualismo, la impostura y el culto al artista ególatra. El arte es de todos.

Estamos hartos del arte oficial y sus artistas. Los Hartistas trabajamos con nuestras manos, en y para el mundo real.
Estamos hartos del elitismo, de que el arte sea sólo para algunos privilegiados. Queremos que el arte sea devuelto al público.
Estamos hartos de que solo opinen “gurús” y expertos. Opinemos libremente, es tiempo de reírnos en público de los estrambóticos montajes, de las cosas pretenciosas y ridículas que los artistas, comisarios y políticos presentan como arte.
Estamos hartos de la consigna interesada de que el arte y la pintura han muerto. Estamos hartos de que el dinero público se destine al sufragar actividades extravagantes propias de atracción de feria, que restan seriedad al arte y a los artistas que queremos trabajar con seriedad.
Estamos hartos del anti-arte. Partiendo de una idea jocosa de Duchamp el anti-arte es hoy el arte oficial, justo el enemigo contra el que se acuñó el término. Duchamp rechazaba que sus Ready-made se tomaran como arte.
El anti-arte no quiere convivir con el arte, necesita exterminarlo para ocupar su lugar. Los anti-artistas saben que si hay arte cerca nadie presta atención al anti-arte. Entre un buen cuadro y una lata de mierda, la gente normal prefiere el cuadro. El Hartismo es un movimiento anti-anti-arte.
Estamos hartos del conceptualismo. Todo el mundo tiene ideas, lo que diferencia al artista es la capacidad de crear obras valiosas a partir de las ideas. La idea es un pretexto para llegar a la obra, no al revés.
Estamos hartos de que presenten cosas que requieren de historias y explicaciones. Si esto es necesario es que no es arte. EL discurso no cambia al objeto.
Rechazamos la idea de que el proceso es más valioso que la obra, porque el proceso sólo tiene sentido si al final hay un resultado, una obra.
Estamos hartos de que la originalidad y la novedad sean patrones para designar el valor de una obra. El arte oficial “moderno” solo es una reiteración de formas y maneras que insultan a la inteligencia.
Estamos hartos que los que no utilizan sus manos se auto dominen artistas. Para ser artista hay que pintar, dibujar, esculpir, no basta pensar.
Estamos hartos de que se desprecie la tradición. Rechazar la tradición artística es rechazar la posibilidad de innovación. La tradición enriquecida por la vanguardia constituye nuestra cultura artística.
Estamos hartos de que la critica y la Historia del arte sobre valore las vanguardias del siglo XX minimizando el hecho de que se han agotado y muerto y son mantenidas con vida artificialmente.
Estamos hartos de que se extirpe la belleza de los discursos, la belleza es el objeto último del arte. Rechazamos que la fealdad y la pobreza técnica sean la máxima aspiración.
Estamos hartos del sistema actual de enseñanza. El artista necesita más práctica y menos palabrería. Reivindicamos el valor del dibujo al natural como base de las artes plásticas.
Estamos hartos de la fascinación por las nuevas tecnologías informáticas o audiovisuales. A más de 40 años del primer ordenador es una estupidez creer que hay novedad o ingenio en utilizarlos. Estamos hartos de la “nuevas propuestas” como la instalación, el performance, el videoarte que son una manera de esconder la incapacidad de crear una buena escenografía, buen teatro o una buena pintura.
Estamos hartos de que se crea que somos una minoría. El Hartismo es una tendencia con vocación universal.* 

Esta es una versión reducida del Manifiesto Hartista original,
hecha por Avelina Lésper, hartista y crítica de arte para su publicación en el suplemento Laberinto de Milenio Diario y su propio blog.


Puedes descargar desde aquí el Manifiesto Hartista
para más información escríbenos a info(a)hartismo.com