17 de agosto de 2011

LA RULETA RUSA DEL ARTE



Por Avelina Lésper
 
Un nuevo factor emergente en la economía mundial utiliza el Arte como mercancía, los llamados "fondos de inversión". Aquí la especialista en arte Avelina Lésper examina el fenómeno para El Semanario (mx). "Esto es un juego que va a fracturar un mercado que maneja más dinero que la publicidad en Internet".

"La burbuja del ladrillo dejó consecuencias mortales en las economías de EU, Irlanda y España. Mucha gente para invertir en esta burbuja se embarcaron en prestamos gigantescos con los bancos, apostaron a que las casas seguirán subiendo de precio, construyeron grandes fraccionamientos y cuando esto se vino abajo, las casas no valían el precio ficticio que les habían impuesto y las deudas con los bancos eran enormes por los intereses. Resultado: casas vacías que son de los bancos, inversores quebrados y familias sin viviendas y endeudadas.

Esto que parece argumento de una película de terror, se va a repetir pero con el arte. Brasil, China, Francia, Rusia, están creando fondos de inversión que sostienen su capital en el valor del arte. ¿Cómo? los especuladores van usar el arte contemporáneo como un instrumento de inversión, van a comprar obras y las van a vender jugando con sus precios. El esquema es que usted inversor entra con su dinero, compran obras y especulan con ellas en las subastas, en las alzas, todos ganan, así que el fondo va a empujar para que las obras alcancen precios altísimos. Es lo que hace Joseph Mugrabi, el dueño de la colección más grande de Warhols, va a las subastas y puja para que su inmensa colección no baje de precio, este lote de pinturas es dinero que le permite acceder a préstamos en los bancos, inversiones, oportunidad de hacer negocios, etcétera. ¿Y si se repite el esquema del colapso del ladrillo?


Desde que el arte contemporáneo entró en la vorágine de subastas y precios se han dedicado a presionar en un entramado enorme para que no baje de valor, instituciones, bancos, museos, galerías, coleccionistas, y los precios bajan o no alcanzan lo deseado en subasta. Con estos fondos de inversión vamos a tener una batería de especuladores pujando en las subastas por obras sin valor artístico para que el fondo gane y gente que va a pedir dinero a los bancos para comprar obra que después tiene que apoyar para que suba de precio.


Este juego entre Monopoly y ruleta rusa va a seguir impulsando esta burbuja artificial del arte que se legitima por el precio que alcanza en el mercado, no por su verdad visual. Lo que sigue es que a pasar de la subjetividad que pueda tener la apreciación de una obra, si no es arte se desplomará dejando a los inversores como los del ladrillo, sin nada en las manos. En una de las últimas subastas de Sotheby's, la escultura de resina de Jeff Koons, Pink panther, se estimaba que llegará a los 30 millones de dólares en subasta, apenas alcanzó los 16 millones y fue vendida a un comprador anónimo que pujó desde un teléfono. Trascendió que fue el mismo Koons. Eso es justamente lo que va a suceder, piden prestado, se endeudan, compran esta escultura esperando que llegue a los 30 millones, y en la subasta, por el evidente hartazgo que hay de la obra de Koons, no se vende y para que no baje más la inversión, el fondo la tiene que recomprar y pierde dinero.

Al margen del daño que hacen al arte estas especulaciones, porque encumbran artistas sin talento y obra que no alcanza ni de broma el estatus de arte, esto es un juego que va a fracturar un mercado que maneja más dinero que la publicidad en Internet".

*Crítica de arte y entre sus líneas de investigación está la pintura europea y el mercado de arte (El Semanrio mx

Adiós al ceramista Josep Collell, un maestro de su arte


JORGE ABBONDANZA

El artista catalán Josep Collell, que había nacido en la localidad de
Vic en 1920, murió hace unos días en Montevideo, ciudad donde había
vivido, creado y enseñado durante la mayor parte de su larga vida.

Un profundo vínculo con el Taller Torres García dejó su marca en la
cerámica de ese maestro, que trabajaba con notable sensibilidad en
decoraciones de superficie resueltas con engobes de colores finamente
combinados y que desplegaba allí la pureza de su oficio. Pero la
dimensión de Collell sólo puede apreciarse si se lo conoció
personalmente, porque era un individuo severo y reservado cuya
simpatía emanaba poco a poco, con la discreción que corría
paralelamente a la cuidadosa belleza de sus obras.

Vivió en el Uruguay desde 1950, escapando de los pesares de la guerra
española y de la dictadura franquista. Su relación montevideana con
colegas torresgarcianos como Fonseca, Alpouy y Guillermo Fernández, lo
volcó al trabajo en arcilla y a su extensa experimentación en esa
materia, manteniéndose fiel a la disciplina interna del Taller, que
era bastante rígida en la época. En 1964, cuando se lo invitó a
participar de la primera exposición colectiva de cerámica que
encaraban algunos coetáneos, Collell pidió autorización a la gente del
Taller Torres García antes de aceptar esa invitación.

Pero además aplicó buena parte de su devoción expresiva y sus energías
artesanales a la enseñanza, convirtiéndose en uno de los grandes
maestros de cerámica que ha tenido el medio local, a la cabeza de un
taller donde se formó mucha gente y en el que durante largos años
intervino como docente Carmen, su mujer.

En una etapa de madurez, Collell se inclinó por la pintura,
prolongando en esa tarea su apego por los lenguajes artísticos. Para
el público de hoy no es fácil tener idea sobre el legado de este
artista, ante todo en el área de la cerámica, porque Montevideo carece
de un museo de artes aplicadas contemporáneas que podría testimoniar
el auge que durante varias décadas (las que van desde los años 50 a
los 80) tuvieron aquí los textiles, la orfebrería, el vidrio, los
trabajos en madera y desde luego la cerámica.

De cualquier manera, en este momento -y ante la desaparición de
Collell- corresponde que la gente preocupada por los procesos
culturales tome nota de esa omisión y retenga el nombre de este
catalán hondamente uruguayo.

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