| Esta nota sobre la        exposición de Analía Sandleris, que estuvo en        Dodecá entre el 12 de abril y el 7 de mayo de este año,        nos quedó sin compartir con anterioridad. Con este envío, nos ponemos al        día. Se levanta el        telón Analía Sandleris        en Dodecá Por Daniel        Tomasini En Revista Dossier _ Mayo        2011 | 
| Nadie puede        decir dónde comienza la obra de arte y dónde termina el artista, y        viceversa. Tampoco se sabe si el artista, cuando crea, se habla para sí o        habla de sí para otros. O tal vez quiera hablar para otros hablando de sí.        Lo cierto es que hablar de la obra es hablar del artista; sin embargo, por        una extraña cualidad del lenguaje, la obra habla por su cuenta sobre el        artista. Habla de la complejidad de su pensamiento, las más de las veces,        aun cuando no suministre la clave precisa y perfecta de ello.        Genéricamente, las obras de arte son representaciones, aunque esta        variable es inmensa y a menudo este término se refiere a un tema o a un        objeto de cualquier naturaleza que se vuelve a presentar de manera        novedosa, dependiendo del lenguaje artístico elegido.         El título de la        obra puede suministrar una pista de interpretación, aunque también puede        inducir a errores, si no consideramos todas las variables, incluida la        trayectoria del artista. Por lo tanto, frente a la obra de Analía        Sandleris, podemos afirmar en principio que ella es absolutamente fiel, en        creatividad y honestidad, a ella misma. Sabiendo además que por        innumerables razones le tiene un gran afecto a las valijas, y que        encontramos algunas (si bien algo camufladas) en esta muestra, diremos que        sus "escenarios" pueden camibar de lugar intempestivamente, o el actor        desplazarse y retirarse de los mismos en cualquier momento. La valija está        allí, a la espera. Analía        seguramente se sitúa dentro de sus escenarios. A ella le gusta hacer        personajes que pasen desapercibidos. Una sutil demarcación a trazos con        vivo color, pero curiosamente abierta, da la sensación de un algo que        contiene, sin contener. Con lo cual, la posibilidad de un escape también        está prevista. Sus personajes, sobre todo y entre ellos, sus manchas de un        negro muy rico, morfológicamente semejantes a un enorme capullo con        textura de seda, sobrevuelan, inmóviles. El espacio que        Analía construye fluctúa entre la densidad y la liviandad, y sus formas        tienen la alternativa de desplazarse, aunque aún no lo deciden. La        escritura, que marca un registro de sutil presencia y habla de la        importancia de la palabra como "diario", seguramente ofrece la clave de        interpretación de sus formas, rodeadas de una atmósfera ambigua,        simultáneamente de opresión y de liberación, lograda a través del        magnífico juego de tintas, veladuras, toques líneas verticales y        horizontales. Como en una gran tela de araña, estéticamente concebida,        seductora y fatal, las manchas se deslizan, llueven sobre los espacios que        se construyen por capas. Analía Sandleris demuestra un manejo técnico        impecable, donde cada zona que parece haber surgido por azar ha sido antes        mentalizada y calculada. Este dominio le permite internarse con seguridad        en la estrategia de representación que —como dijimos— incluye un volumen        de personajes en un espacio cuya latitud también admite al observador, y        muy posiblemente también a la autora, quien desde allí dirige un        inquietante mundo de relaciones que necesariamente, por el resultado        obtenido, redime de los sufrimientos por los cuales ella y nosotros hemos        pasado. Título de la        muestra: Escenarios. Artista: Analía        Sandleris Lugar:        Dodecá Fecha: abril –        mayo de 2011. | 
20 de junio de 2011
ANALÍA SANDLERIS EN REVISTA DOSSIER
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
